El Universal | Hombre de capacidad diferente, a la pantalla
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Francisco Cruz tartamudea para hablar y padece una deformación que le impide tener el cuello derecho, pero ya es actor de cine.
A partir del viernes se le verá en el filme Entre la noche y el día, ópera prima de Bernardo Arellano, que estrena en la Cineteca Nacional.
En la cinta, Cruz interpreta a un hombre que padece una especie de autismo, y la fracturada relación con su familia, que prefiere menospreciarlo e ignorarlo.
“¿Nervioso? Para nada, el director llegaba y me explicaba lo que tenía que hacer en cada escena y repetirlas hasta que quedaran limpias”, recuerda el histrión. Cruz, quien no revela su edad, abandonó su trabajo de carpintería por la actuación y la muerte de su hermano, habiendo ya trabajado en telenovelas como Yacaranday, con Aylín Mujica.
Cuando lo conoció Arellano, el realizador se convirtió en el candidato idóneo para el personaje, cuenta el director del filme.
“Me gusta el cine que confronte moralmente, los personajes que en sus características naturales contengan estos elementos y necesitaba alguien con una fragilidad natural para ello.
“Pero también está Modesto Velázquez, un hombre de 86 años, ermitaño natural, que nunca había visto una película y que juega un papel importante en la historia”, detalla el egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).
Entre la noche y el día ha recorrido cerca de una decena de festivales, entre ellos Guadalajara, donde cosecechó críticas positivas y Monterrey, en la que ganó.
En la historia tienen roles breves Arcelia Ramírez y Joaquín Cosío.
“Francisco llegaba siempre profesional al set”, narra Ramírez.